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El aliado del sistema inmune: la vacuna

Durante la época medieval, existía el combate cuerpo a cuerpo donde se podía escoger un método de defensa contra su opositor. Los combates medievales son considerados deporte internacional, pero hay una lucha constante en nuestro cuerpo por un duelista especial: el sistema inmune. Este caballero ha enfrentado a varios adversarios durante el tiempo. Sin embargo, todos tienen el mismo objetivo: infectar nuestro cuerpo con distintas enfermedades. Su último opositor en la zona de batalla dio una fuerte lucha: el COVID-19. Aún no se había revelado el aliado del sistema inmune: la vacuna.

En el mundo, el COVID-19 había destronado a nuestro duelista el sistema inmune. Muchas personas habían perdido la batalla, otras estaban intentando luchar y otros aún no habían tenido la oportunidad de hacerlo. Aunque no todo estaba perdido, nuestro duelista especial no había elegido un método para defenderse de su adversario. Así como lo expresa la siguiente frase:

Nuestra mayor gloria no está en nunca caer, sino en levantarnos cada vez que caemos. 

Confucio

Así que decidió elegir a la Excálibur actual y de menor tamaño, la vacuna. Fue ahí donde ocurrió un cambio, haciendo posible la victoria para la salud de nuestro cuerpo y el de los demás. Solo se tenía que tomar la decisión de escoger la espada más poderosa que teníamos y así inició la leyenda de la vacuna.

¿Pero qué son las vacunas?

Las vacunas son una sustancia que activa las defensas naturales del cuerpo para que estas puedan protegerse de patógenos externos. La sustancia contiene microbios debilitados o muertos, su presencia hace que el sistema inmune produzca anticuerpos contra ellos.

Preparación del aliado del sistema inmune: la vacuna, esta contiene una sustancia que activa las defensas naturales de nuestro cuerpo.

En caso de que un microbio invasor entre en nuestro organismo, será reconocido por los anticuerpos y estos lucharán contra él. Al vacunarnos, un nuevo sistema de seguridad es activado. Este limita el acceso a quien entre en nuestro cuerpo. Por lo que, el sistema inmune recordará cuáles son y fueron sus adversarios para evitar que puedan ganar la batalla.

Adversarios del sistema inmune

Algo que debemos tener presente es que el aliado del sistema inmune: la vacuna ha luchado contra varios rivales a través de los años. Esta vez no ha sido la única vez que se ha escogido la vacuna como su Excálibur. Debido a que las vacunas han sido un método utilizado para lidiar con múltiples enfermedades:

  • Hepatitis B
  • Virus del Papiloma humano (VPH)
  • Rotavirus
  • Tétanos
  • Fiebre amarilla
  • Tuberculosis
  • COVID-19 (miembro recientemente añadido)

¿Por qué deberíamos vacunarnos?

En nuestro día a día, nos vemos expuestos a diferentes microbios, los cuales pueden afectarnos. Inclusive, una simple infección si no se cuida puede llegar a ocasionar daños:

  •  Graves
  • Mortales 
  • Discapacidad

Dependiendo de cada persona, su susceptibilidad a la infección variará. Como no sabemos con certeza qué tanto nos afectará una enfermedad o infección, lo ideal es preparar al cuerpo. No hay seguridad de que una persona no se vuelva a enfermar, pero vacunarse muestra seguridad ante la reacción que tendrá el cuerpo.

Después de la vacunación, el sistema inmune podrá generar anticuerpos contra patógenos invasores.

En el caso del Covid-19, había síntomas que nos indicaban la posibilidad de estar contagiados; sin embargo, había casos asintomáticos. Al ocurrir esto, la vacuna es como una garantía para prever a las personas contra una enfermedad.

¿Es seguro vacunarme?

Debido a que existe una gran variabilidad en el mundo, es posible que ciertas personas no tengan la posibilidad de poder vacunarse. Su imposibilidad no se trata de su intención, lo cual es un tema totalmente diferente, sino que su salud no se los permite. Por ejemplo, los pacientes con una enfermedad que les debilite su sistema inmune como el cáncer. También están las personas con alergias graves a los componentes de la vacuna.

Debemos recordar que la vacuna contiene el antígeno, conservantes, estabilizantes y adyuvantes. Para los casos mencionados anteriormente, lo necesario es consultar a un médico o experto en salud. De tal forma se puede evaluar con detalle el caso de cada paciente, se decidirá que es lo mejor para el paciente.

Ahora no se debe caer en pánico si una persona no ha sido vacunada aún, debido a que hay un haz bajo el manga llamado inmunidad colectiva. Este término significa que una comunidad está protegida contra una enfermedad a través de la vacunación. También hace alusión a que la mayoría de las personas que conforman dicha comunidad pueden proteger indirectamente a las personas no vacunadas.

Esto debido a que al estar vacunadas disminuyen la probabilidad de contagiarse ellas mismas y otras personas. Aquí la vacunación toma el papel de escudo, debido a que se pueden frenar las infecciones y su propagación.

La vacuna es método de protección, pero no la solución al 100%.

Hay que recordar que la vacuna es una manera de protegernos y defendernos contra las enfermedades, pero no garantiza que nunca nos volvamos a enfermar. Nuestro sistema inmune ha tenido y tendrá más adversarios que querrán desafiarlo a un futuro. La vida está llena de cambio y no es estática, al igual que los microbios con los que interactuamos todos los días. También hay que recordar que buenos hábitos de higiene y compromiso por cumplirlos son responsabilidad de cada uno de nosotros.

Gracias a la vacuna, se puede resistir a infecciones, evitar distintas enfermedades y se fortalece nuestro sistema inmune. Por lo que, hay que reconocer el mérito y todo lo que ha podido lograr el aliado del sistema inmune: la vacuna. ¡Larga vida a la vacuna!

Para más temas interesantes y curiosos puedes ver LaBio_logica.

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