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K. Barry Sharpless, Nobel de Química por partida doble

Puedes dejar de estar aburrido, pero no puedes dejar de ser curioso.

Barry Sharpless al recibir el premio Nobel en 2022

Lo cuenta el mismo Sharpless en la presentación de su premio Nobel en 2001. Ya en los años 80, su amigo Derek Barton previó que ganaría el Nobel por la Química Asimétrica. Sin embargo, no se podía imaginar que lo volviera a hacer 20 años más tarde. En 2022, lo ganaba por la Química Click. Así, Barry Sharpless se convertía en la quinta persona en ganar dos premios Nobel. Dos años más tarde, sigue trabajando en el laboratorio. Aquí, conoceréis la personalidad curiosa e impaciente que le hace seguir investigando.

Barry Sharpless recibe el premio Nobel en 2022.
El rey de Suecia entrega el premio Nobel a Barry Sharpless en 2022. Imagen de Nanaka Adachi cedida por la Fundación Nobel. © Nobel Prize Outreach.

Mientras Karl Barry Sharpless estudiaba en la escuela cuáquera, se pasaba el tiempo pensando “voy a ir a la costa”. Porque a él, lo que más le fascinaba era el océano. En verano, pescaba con su abuelo sueco en su barco. Para él, el océano era una inmensidad de posibilidades. Nunca pensó en ser científico y menos, en ser químico. Fueron sus padres los que quisieron que estudiara medicina en la universidad de Dartmouth. Allí, descubrió su fascinación por la química gracias a su profesor Thomas A. Spencer. De Dartmouth saltó a Stanford donde se doctoró y conoció a su mujer, Jan. No hay entrevista en la que no mencione el gran apoyo que ha recibido de ella.

Barry Sharpless dice que le mueve la pasión. Pero también, que cuando era joven, las buenas decisiones y los planes que marcarían su vida, las tomaron otros por él. Primero, sus padres y luego, Thomas Spencer. Y la verdad, con la idea que tenemos de que los investigadores (y las investigadoras) son siempre cuadriculados, cuesta ver esta otra faceta de científico desorganizado. Su falta de planificación hizo que no siempre encontrara financiación. Para pedir los grants, hacía falta saber qué se quería obtener, cuándo y cómo. Mientras que Sharpless, solo quería probar sus ideas. Y me pregunto, ¿cuántos descubrimientos se habrán quedado en el tintero por la misma razón? Por suerte, Sharpless se las arregló y revolucionó la química con sus investigaciones.

Como cuenta en la entrevista de los Nobel de 2022, conducía en motos cuando era joven. La sensación de riesgo y el sentirse algo asustado le relajaba y liberaba su mente. Pero el riesgo y la impaciencia también se han traducido en accidentes. Siendo ya profesor, le explotó un tubo de RMN de cristal fino en el ojo y perdió la visión. Bastantes años después la pudo recuperar parcialmente.

Sin embargo, lo que le caracteriza es su extrema curiosidad y su pasión por su siguiente proyecto. Hay investigadores que se especializan en un campo muy concreto. Él siempre busca abrir nuevos caminos cuando cree que ha agotado el anterior. Antes de pasar al grueso de sus investigaciones, una última anécdota que se ve en el vídeo de abajo. Cuando ganó el segundo Nobel, sus compañeros le felicitaban en su despacho. Después de un par de frases, él pasaba a explicar en qué estaba trabajando en ese momento.

El Instituto de Investigación Scripps celebra el segundo premio Nobel de Barry Sharpless

La Química Asimétrica

El 18 de enero de 1980, Tsutomu Katsuki, un postdoc del laboratorio de Sharpless, puso las bases de la Química Asimétrica. Para entender la magnitud del descubrimiento, hace falta profundizar en las bases de la disciplina. Las moléculas son normalmente tridimensionales. Y las que no tienen eje de simetría, cuando se crea su imagen especular, no se pueden superponer la una sobre la otra. Para explicarlo mejor, se suelen utilizar las manos, aunque también se podrían utilizar los pies. Nuestras manos son iguales. Sin embargo, si ponemos una sobre la otra con las palmas hacia arriba, los pulgares miran en direcciones opuestas. En química, se le llama quiralidad. A las imágenes especulares, se les llama enantiómeros.

Una mano izquierda y una mano derecha con las palmas hacia arriba. Las dos manos superpuestas.
Las manos son ejemplos de quiralidad porque una es el espejo de la otra. Imagen de www.freepik.es

Las parejas de enantiómeros tienen prácticamente las mismas características y son imposibles de separar. Sin embargo, la naturaleza es quiral de por sí. Y mientras un enantiómero funciona de medicamento en nuestro cuerpo, otro puede ser perjudicial. No quiero crear alarma. Ningún medicamento llevará el enantiómero que no toca. Sharpless y su equipo consiguieron controlar la síntesis de unos enantiómeros concretos. Partiendo de moléculas planas, podían hacer que reaccionaran por arriba o por abajo a voluntad para dar enantiómeros diferentes. Fue una revolución que redujo el tiempo y el coste de la síntesis de medicamentos. Barry Sharpless compartió la mitad del galardón con Ryoji Noyori y William Knowles.

La Química Click

En las reacciones químicas, las moléculas flotan en el medio. Cuando se encuentran en las condiciones adecuadas, reaccionan formando nuevos compuestos. El problema es que tienen diferentes puntos de anclaje y dan una mezcla de productos. Hay varias estrategias para evitar esto, pero implican síntesis largas y costosas. En Química Click, las moléculas encajan siempre perfectamente.

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Barry Sharpless explicando sus investigaciones a periodistas. Fotografía de Andrew Silk/AFP via Getty Images

Fue Jan, la mujer de Sharpless, quien puso nombre a esta nueva química después de oír hablar a su marido sobre ella. En este caso, un catalizador de cobre guía a las dos moléculas de partida para que encajen siempre en su sitio. Esto significa que no se generan productos secundarios no deseados que luego hay que separar. Sharpless y Morten Meldal consiguieron independientemente que esta química funcionara en condiciones suaves, mientras que Carolyn Bertozzi la aplicó en sistemas biológicos.

Esto les valió el Nobel a los tres. Esta nueva estrategia sintética es más barata y más sostenible porque no se crean residuos y requiere menos energía. Se ha utilizado ampliamente en la síntesis de medicamentos y los ha hecho más asequibles y más accesibles a la población. Barry Sharpless empezó a trabajar en ella poco antes de recibir su primer Nobel. Pero era una química poco sexy en la que no se invertía. Por suerte, Richard Lerner decidió patrocinar las investigaciones de Sharpless completamente.

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