- Compañías incorporan etiquetas ecológicas a sus productos pero, ¿qué hay de verdad en ellas?
Palabras como Conscious, Committed u orgánico aparecen en las etiquetas de nuestra ropa. Todas hacen referencia a un ideal abstracto de sostenibilidad, preocupación por el clima y compromiso con el medio ambiente que la industria de la moda se ha afanado por incorporar en sus mensajes. Esa misma industria sigue siendo la segunda que más agua consume y la responsable del 10% de emisiones CO2 en el planeta. Esto es greenwashing.
El ecoblanqueamiento consiste en el uso de estos ideales ecológicos para mejorar la imagen de una marca. Las compañías sucumben, cada vez más, a estos leads, aprovechando la mayor concienciación ambiental de la población, especialmente la más joven. El engaño llega cuando este compromiso no va más allá del hashtag y se utiliza para dejar de reformular los procesos de producción y consumo que generan impactos ecológicos.
Todos los sectores tienen ejemplos de revoluciones verdes: la energética y las renovables, la alimenticia y lo bio, la automoción y lo ECO… Cuando una marca de moda presenta una campaña de reciclaje, a priori, es positivo. Sin embargo, que se presente como “líder del cambio” cuando el porcentaje de materiales reciclados que utiliza en sus productos no llega al 1% es un engaño. Al menos, una verdad a medias.
Un estudio del grupo SoGReS-MF de la UJI señala que la mayoría de los informes ambientales de la industria textil ocultan los impactos de la cadena de suministro, desde la extracción de las materias primas hasta su fin de vida, pasando por su producción en países con una normativa ambiental más laxa.
El poder del consumidor ante el engaño del greenwashing es tomar conciencia e informarse. Underwriters ha descrito ya algunos signos identificativos del ecolavado. Aunque lo más importante para frenar el impacto ambiental de una compra es preguntarse: ¿realmente necesito esto?