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10 años observando el Sol

Es la estrella de nuestro sistema solar. Una enorme bola caliente de gas que con su gravedad mantiene planetas y otros cuerpos celestes girando a su alrededor, al tiempo que se desplaza por el espacio a 220 kilómetros por segundo. Desde hace miles de años, el Sol ha sido objeto de curiosidad, observación y hasta adoración. Pese al interés que siempre hemos tenido por descubrir sus secretos, nunca hemos podido observarlo directamente. Nos dañaríamos los ojos. Por esa razón, hemos tenido que desarrollar herramientas, cada vez más avanzadas, que lo hicieran por nosotros.

El próximo 30 de marzo se cumplirán 10 años desde que el Observatorio de Dinámica Solar de la NASA abrió sus ojos al Sol. Durante este tiempo, los millones de imágenes científicas capturadas por este  telescopio espacial han ayudado a mejorar nuestra comprensión sobre cómo funciona el Sol y cómo su actividad puede afectar a la vida en la Tierra o a las condiciones meteorológicas del espacio.

Observatorio de Dinámica Solar
Muchas de las imágenes del Sol que conocemos han sido obtenidas por el Observatorio de Dinámica Solar. Imagen: SDO/NASA.

Existen diferentes formas por las que lo que ocurre en el Sol puede influir sobre la Tierra. Recordemos que el Sol es una gran fuente de energía. Como tal, es responsable de muchas de las condiciones que favorecen la vida en la Tierra, a lo que se añade un importante papel en el clima. La posición de la Tierra respecto al Sol define las estaciones del año e igualmente, pequeños cambios en la órbita de la Tierra han marcado el inicio y el final de las edades de hielo en el pasado.

Por otra parte, diferentes fenómenos originados en nuestra estrella más cercana pueden tener grandes repercusiones en la actividad humana. Un ejemplo son las tormentas magnéticas solares, que pueden interferir con los sistemas de comunicación por radio o satélite, o con el funcionamiento de los sistemas eléctricos.

El Observatorio de Dinámica Solar captura diferentes imágenes del Sol para entender cómo se produce, almacena y libera la energía solar. En la imagen se muestra una captura del los bucles magnéticos solares. Imagen: SDO/NASA.

Como resultado de su actividad, el Sol emite radiación y partículas hacia el espacio, creando una especie de meteorología espacial que afecta tanto a los planetas, como a aquellos que navegan por el espacio. Así, al igual que conocer el estado del mar y del viento es más que recomendable antes de iniciar un periplo por el mar, poder predecir el tiempo que hará en el espacio representa una oportunidad para mejorar los viajes espaciales y el mantenimiento de sondas o satélites. Por ejemplo, si  los científicos estiman que va a producirse un pico en la radiación solar, esta información puede utilizarse para proteger los satélites y retrasar los paseos espaciales de los astronautas, para evitar su exposición a dosis de radiación que podrían llegar a ser letales.

El Observatorio de Dinámica Solar fue diseñado para observar en detalle la actividad dentro y fuera del sol. Su objetivo principal es proporcionar información que permita a los científicos entender cómo se produce, almacena y libera la energía solar, procesos imprescindibles para predecir el “tiempo espacial” del que hablábamos. Para completar su misión, este telescopio espacial,  que orbita a 36 000 kilómetros sobre la tierra, dispone de tres instrumentos, que cada 12 segundos capturan imágenes del Sol y proporcionan datos sobre su interior, su campo magnético y sus capas más externas.  Toda esta información es enviada a la Tierra, a una estación terrestre situada en Nuevo México, con la que el telescopio está en permanente contacto gracias a su órbita geosincrónica que lo mantiene en la misma posición sobre la Tierra.

El Observatorio de Dinámica Solar orbita a 36 000 kilómetros sobre la Tierra. Imagen: NASA.

En estos 10 años de observación del Sol a través del Observatorio de Dinámica Solar, los investigadores han podido analizar cómo se producen los diferentes fenómenos de emisión de energía en la superficie del sol, como las erupciones solares (estallidos repentinos de energía emitida como radiación), o las erupciones de miles de toneladas de plasma y campos magnéticos desde la corona solar. Igualmente, han observado la formación de tornados de plasma  en la superficie del sol. Estos tornados son creados por la acción de campos magnéticos y alcanzan velocidades hasta seiscientas de veces mayores que las de los tornados que se forman en la Tierra.

Otro fenómeno interesante que ha capturado el telescopio espacial a través de sus imágenes es lo que ocurre cuando un cometa se acerca al Sol. El cometa puede sobrevivir al Sol, como hizo en 2011 el cometa Lovejoy (aunque que se fragmentó días después) o sucumbir a las intensas temperaturas del Sol, como hizo el cometa ISON en 2013.

Por último, el Observatorio de Dinámica Solar está a punto de completar la observación detallada de un ciclo solar completo. Cada 11 años aproximadamente, los polos del campo magnético del sol se invierten. Durante este tiempo la actividad solar cambia completamente, desde un mínimo (al inicio y final del ciclo), hasta un máximo, que tiene lugar a mitad del ciclo solar. El telescopio del Observatorio de Dinámica Solar ha sido testigo de casi un ciclo solar completo, lo que ha permitido que los científicos conozcan cuáles son los signos que caracterizan cada fase del ciclo. Con esta información, se podrá predecir cuándo va a haber mayor actividad solar. Es decir, mejorarán las predicciones del tiempo en el espacio.

El Centro Goddard de Vuelo Espacial ha preparado un video conmemorativo sobre la misión del Observatorio de Dinámica Solar:

 

El Observatorio de Dinámica Solar es uno de los diferentes proyectos con los que agencias como la NASA o la ESA buscan desvelar los misterios del Sol. Hace apenas unos días tenía lugar el lanzamiento de la sonda europea Solar Orbiter, que tras un viaje de aproximadamente tres años y medio, orbitará alrededor del Sol y se convertirá en el observador más cercano al Sol.

Si consideramos el universo conocido, el Sol es una estrella de lo más común. Una estrella amarilla y enana. Una estrella como otras tantas miles. Para la Tierra y para nosotros, sin embargo, el Sol es fundamental. Y descubrir sus misterios, a través de proyectos como el Observatorio de Dinámica Solar o la Solar Orbiter, es alcanzar una de las llaves para conocer el Universo.

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