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Los Hibakusha y las células madre: Un doloroso legado

Tiempo de lectura 10 minutos

El Premio Nobel de la Paz 2024 ha sido otorgado recientemente a la organización japonesa Nihon Hidankyo, movimiento tambien conocido como los Hibakusha. Aquí rescatamos su relevancia en el campo de las ciencias médicas, la salud y la investigación básica.

El escenario postapocalíptico de las bombas atómicas -lanzadas por el gobierno norteamericano, durante el final de la II Guerra Mundial- en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki marcó un momento transcendental en las ciencias de la salud y la biología del desarrollo. La extensa exposición de la población superviviente a la radiación -los Hibakusha-, incluso en dosis bajas, generó numerosos efectos orgánicos, desde la pérdida de cabello y hemorragias hasta la disfunción de órganos internos y niveles bajos de glóbulos blancos, lo que propició el resurgimiento de un área de investigación que había estado en debate: la existencia de las células madre.

¿Que son estas células y por qué son tan importantes?

La palabra célula madre y su definición aparecieron por primera vez en la literatura científica en los trabajos en ecología y embriología de Ernst Haeckel, Theodor Boveri y Edmund B Wilson

Entre 1868 y 1876, Haeckel, seguidor de la Teoría de la Selección Natural de Darwin, dibujó en sus estudios de ecología de poblaciones “árboles filogenéticos” de diferentes organismos, a los que llamó «Stammbaume» (en alemán linaje o filogenia), para postular la existencia de un organismo unicelular y simple del cual derivan todos los demás organismos. Posteriormente el mismo Haeckel aplicaría este concepto al entorno celular, denominando «Stammzellen» (en alemán célula madre) a la célula con capacidad de generar todo tipo de celulas en un organismo.

Este término fue retomado por Theodor Boveri, quien, en sus estudios en nematodos -gusanos-, añadió que sólo las celulas de las primeras etapas del desarrollo podrían denominarse «Stammzellen» -celulas madre-. Más tarde, en la literatura inglesa, Edmund B. Wilson popularizó el término «Stammzellen» traduciendolo como «stem cell» y reconstruyendo los hallazgos de Haeckel y Boveri.

 ¿Podría existir una célula precursora común para todos los tipos de células sanguíneas? Paralelamente, en el campo de la salud y el área médica surge el interés por el funcionamiento del sistema responsable de la producción de células sanguíneas, el sistema hematopoyético. Así pues, a finales del siglo XIX, Artur Pappenheim, Alexander Maximow y Wera Dantschakoff entre otros investigadores, adoptaron el término «célula madre» de los textos de embriología, para referirse a una celula precursora del sistema hematopoyético que originaría los principales componentes celulares de la sangre -eritrocitos, granulocitos y linfocitos-. Pero se necesitarian muchos años más para obtener pruebas contundentes que respaldaran esta teoría.

La lección que aprendimos de los Hibakusha  

En 1956, los Hibakusha de Hiroshima y Nagasaki fundaron la Confederación Japonesa de Organizaciones de Víctimas de las Bombas A y H, conocida como Nihon Hidankyo, la cual, entre sus diversas actividades, se dedicó a recopilar testimonios y datos sobre el impacto del daño causado por las bombas atómicas, dando lugar a un informe único y un estudio pionero, liderado en su totalidad por las propias víctimas.  

Sus testimonios, fueron posteriormente compartidos casi tres décadas después en importantes eventos como el «Simposio internacional sobre los daños y las secuelas del bombardeo atómico de Hiroshima y Nagasaki” y la “Encuesta sobre las víctimas de la bomba atómica” y fueron fundamentales para el desarrollo de estudios en modelos animales que permitieran entender los efectos de la radiación.

Fue así como los estudios en ratones revelaron que la muerte tras bajas dosis de radiación resultaba de la disfunción de varios procesos biológicos. Especialmente, el trabajo de James Till y Ernest McCulloch en 1960 demostró que la radiación causaba muerte celular e impedía la producción de nuevas células -como en el caso de la piel, el cabello o la sangre-. En otras palabras, sin la capacidad de renovar su reservorio celular, el cuerpo no podría regenerarse. En efecto, la pérdida de leucocitos provocaría mayor vulnerabilidad a infecciones, la disminución de plaquetas conduciría a problemas de coagulación y la pérdida de glóbulos rojos resultaría en anemia fatal.

Así, casi dos décadas después, el debate sobre la existencia de un precursor hematopoyético o célula madre llegó a su fin gracias al legado doloroso de los Hibakusha. La metodología experimental adquirió importancia y se encontraron respuestas que en otros contextos podrían haber sido inalcanzables. Till y McCulloch identificaron en la médula ósea la célula responsable de generar los principales componentes de la sangre: habían reportado por primera vez la existencia de las células madre. Asimismo desarrollaron la teoría central para su estudio: “las células madre pueden autorrenovarse y producir células que, a su vez, generan todos los tipos celulares de la sangre”.

El sueño se hizo realidad!

Entrevista compartida en X por el sitio oficial del Premio Nobel a Massako Wada en representación de Nihon Hidankyo.

Finalmente, tras el anunció del Comité Noruego, los Hibakusha compartieron recientemente un comunicado de prensa expresando su gratitud :

«Nos gustaría compartir esta alegría con nuestros muchos predecesores que ya no están con nosotros»

y más adelante agregan

«Los jóvenes japoneses intentan llevar adelante el mensaje de los Hibakusha, conscientes de que un día, los Hibakusha ya no estarán entre nosotros»

Las células madre son actualmente objeto de intensas investigaciones en las ciencias básicas y médicas. En el ámbito de las ciencias básicas, los estudios permiten profundizar en los aspectos moleculares, proteicos y genéticos del desarrollo de los organismos. En medicina, se consolidan como un modelo para el estudio de múltiples estados anormales y trastornos orgánicos, y se presentan como una estrategia prometedora en la medicina regenerativa para enfermedades y afecciones con pocas alternativas terapéuticas. Sin lugar a dudas la huella de los Hibakusha permanecerán por largo tiempo entre nosotros.

Sitios web de interés

Referencias técnicas

James Till and Ernest McCulloch: Hematopoietic Stem Cell Discoverers.  https://doi.org/10.1016/j.mayocp.2021.01.016

Till JE, McCulloch EA. A direct measurement of the radiation sensitivity of normal mouse bone marrow cells. 1961. https://doi.org/10.1667/rrav01.1. PMID: 22870977.

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