Estas famosas ranas venenosas tienen una forma muy curiosa de proteger a sus pequeños.
Las ranas y las bromelias tienen una relación interesante y específica en términos de ecología. Algunas especies de ranas, han desarrollado una asociación simbiótica con las bromelias, que son plantas tropicales con hojas en forma de roseta que retienen agua.
En este tipo de relación simbiótica, las bromelias proporcionan un hábitat ideal para las ranas, ya que sus hojas acumulan agua de lluvia, formando pequeñas depresiones llamadas «fitotelmas». Estos fitotelmas sirven como criaderos para los renacuajos de las ranas, que depositan sus huevos en el agua acumulada. Las bromelias ofrecen protección contra depredadores y una fuente de alimento para las ranas, ya que los insectos suelen ser atraídos por el agua estancada en las bromelias.
Además, las ranas contribuyen a la salud de las bromelias al proporcionar nutrientes a través de sus deposiciones. Esta asociación beneficia tanto a las ranas como a las bromelias, creando un ejemplo de simbiosis mutualista, donde ambas especies se benefician entre sí. Este tipo de interacción es común en los hábitats tropicales y es un ejemplo fascinante de cómo diferentes formas de vida pueden coexistir y depender una de la otra. Otro ejemplo que nos muestra el maravilloso equilibrio de especies en la naturaleza, donde todos tienen un papel crucial en la estabilidad y la vida de sus vecinos. En la infografia superior os resumo esta curiosa relación simbiótica.
Los anfibios (ranas, salamandras, cecilias…) son el grupo de animales más amenazados del planeta.
Son el grupo de vertebrados más vulnerables a los efectos del cambio climático, por sus específicos requerimientos ecológicos. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) mantiene la Lista Roja con el estado de conservación de toda la vida conocida. La prestigiosa revista Nature acaba de publicar la segunda Evaluación Global de los Anfibios (EGA) para esta lista roja.
“Los anfibios están desapareciendo más rápido de lo que podemos estudiarlos”
Kelsey Neam, especialista del grupo de anfibios en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza
De seguir a este ritmo, dos de cada tres especies podrían desaparecer en los próximos años. El informe muestra que casi el 41% de todas las especies de anfibios que han sido evaluadas son vulnerables, están en peligro o en peligro crítico de extinción (las tres peores categorías de la clasificación de la Lista Roja previas a la extinción). Esta cifra contrasta con el 26,5% de los mamíferos, el 21,4% de los reptiles y el 12,9% de las aves.