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“El cáncer aquí es tan común como la gripe”

La vida junto a un campo petrolífero y sus gases tóxicos

El cáncer como una enfermedad común, esa es la realidad que viven las comunidades cerca del campo petrolífero de Rumaila. ¿Serían capaces de imaginárselo? Ven como sus amigos y familiares caen frente a la enfermedad, y en cuanto las nubes negras de humo vienen desde el campo, huyen a sus casas a refugiarse. Rumaila es el campo petrolífero donde más gas se quema en todo el mundo, donde trabajan compañías del tamaño de BP y Eni.

Vista de ángulo bajo de una torre de quema de gases tóxicos iluminada contra el cielo nocturno. Los gases provocan cancer en las poblaciones cercanas.
Fuente: Pixabay

Ahora llaman a su hogar “El Cementerio”

El documental de la BBC “Oil in Iraq: How Toxic Air Threatens Children with Cancer”, puso el foco sobre los desmedidos casos de cáncer en estas mismas comunidades que viven cerca del campo. Mediante análisis de aire y orina, descubrieron altos niveles de benceno en el ambiente y de una forma de naftaleno en niños, sustancias potencialmente cancerígenas. El cáncer es una enfermedad que forma parte de la vida de los habitantes del pueblo de Rumaila Norte, que ahora llaman a su hogar “El Cementerio”. Las nubes de humo lo envuelven, trayendo consigo estas sustancias cada vez que queman gas en el campo.

BP no está obligada a reportar los datos sobre emisiones

Después de la publicación del documental, BP tardó poco en defenderse de las críticas recibidas como contratista principal del campo. Argumentaron que la seguridad es su principal interés y han hecho amplias contribuciones a las comunidades, además de haber tomado compromisos medioambientales. También explicaron que no están obligados a reportar los datos sobre emisiones en Rumaila ya que “no están interesados en la propiedad del campo, no tienen derechos sobre su petróleo, y nunca han sido el operador”. Por supuesto, estás declaraciones se ven en otra luz al considerar que BP cofundó al operador del campo, la Rumaila Operating Organisation. La compañía también presta servicios técnicos en el campo y recibe un pago en forma de petróleo. Así, BP se beneficia como si fuera un operador, pero pudiendo alegar que tan sólo ofertan servicios técnicos e inversiones, desviando la culpa a otro lado.

Durante las investigaciones de la BBC, trabajadores del campo confesaron que en Rumaila hay terribles prácticas que incumplen los requisitos internacionales que BP debe implementar. Si bien la compañía hizo énfasis en el valor de la seguridad, los trabajadores comentaron que los fallos en la infraestructura han provocado varios incidentes. Según ellos, los derrames de aceite, escapes de gas y quema no planificada son algunos de los accidentes que han ocurrido. Añadieron incluso que estaban preocupados por su salud, ya que no se hace un suficiente seguimiento de la polución. Estas declaraciones contradicen lo expuesto por BP.

Shukri Al Hassan, un científico ambiental iraquí, comentó a la BBC que en estas comunidades “el cáncer aquí es tan común como la gripe”. A pesar de las declaraciones sobre seguridad tanto de BP como de la ROO, los sucesos desvelados por la BBC demuestran su incumplimiento. BP tiene un largo recorrido de accidentes ambientales y riesgos de seguridad, como el de la plataforma petrolífera Deepwater Horizon, o el derrame de Bahía Prudhoe, en Alaska. Esta es su mancha más reciente, y habrá más si no hay repercusiones por lo que la ONU ha descrito como “zonas de sacrificio modernas”.

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