La oceanógrafa Ananda Pascual (Zaragoza, 1976) utiliza las herramientas analíticas a su alcance para comprender mejor cómo funciona el océano. Desde el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados, centro mixto del Centro Superior de Investigaciones Científicas y la Universitat de les Illes Balears, la investigadora estudia cómo obtener océanos saludables.
¿Por qué debemos preocuparnos de los océanos?
Los océanos juegan un papel fundamental. Ocupan en el 70% de la superficie del planeta, regulan el clima absorbiendo gran parte del dióxido de carbono que se está generando en exceso, nos proporcionan la mitad del oxígeno que respiramos y son importantes para la economía, el turismo y la salud.
El tema del reciente Día Mundial de los Océanos 2020 ha sido “Innovación para un océano sostenible”, ¿cómo conseguir ese océano sostenible?
Para un océano sostenible debemos preservar el océano vivo, los ecosistemas. Desde mar abierto hasta las costas. Las costas están siendo muy degradadas por distintos factores y debemos aunar esfuerzos a nivel internacional para poder mitigar estos efectos. Por una parte, tenemos riesgos como el aumento de temperatura o aumento del nivel del mar. Por otra, tenemos problemas relacionados con especies invasoras, eventos extremos por temporales, proliferación de medusas, contaminación química por vertidos de hidrocarburos, en caso de accidentes, y el tema de los plásticos. Tenemos que trabajar en estos temas de forma conjunta e interdisciplinar para obtener océanos más sostenibles y saludables en las próximas décadas.
Ha sido coordinadora del capítulo “Océanos” del “Libro blanco CSIC. Desafíos científicos 2050”, ¿cuáles son los principales desafíos de la investigación oceánica?
El primero es la observación integrada y permanente. Para poder entender y gestionar los océanos, lo primero que necesitamos es observar y poder medir. Para ello tenemos barcos, satélites, diferentes tipos de robots…Este desafío es transversal y necesario para todo lo demás. Otro reto general está centrado en la variabilidad del océano y el clima.
También hay incluidos dos desafíos específicos de zonas críticas, como son los océanos polares, que tienen un papel muy importante a escala global en la modulación del clima, y la zona de la costa, donde vive gran parte de la población y por tanto tiene gran impacto en la sociedad. Estos retos se centran en su preservación, restauración y gestión.
Mirando hacia el futuro otro aspecto está centrado en la creación de herramientas de inteligencia artificial para manejar los datos que se están obteniendo y poder hacer modelos de predicción sobre cuáles serán las condiciones marinas o estudiar el comportamiento de los peces.
¿En qué estado de salud se encuentran los océanos?
No se puede generalizar ya que hay situaciones distintas en cada cuenca. En Europa un porcentaje elevado de zonas costeras se encuentran en un estado razonable. Pero también hay problemas importantes en otras zonas, como la acidificación, el calentamiento global, el aumento del nivel del mar y la contaminación por plásticos.
¿Cómo conectan estos retos científicos con el gran desafío de hacer frente al cambio climático?
A nivel europeo e internacional están surgiendo iniciativas hacia la mitigación del cambio climático en las que el océano tiene un papel importante. En este sentido, es importante que estemos ligados con los agentes sociales y políticos para que tomen medidas de protección y restauración de diferentes hábitats marinos. Científicos, sociedad y políticos tenemos que ir de la mano.
Se ha reportado un incremento en la presencia de mascarillas y otros residuos asociados a la pandemia de COVID-19 en los océanos. ¿Qué impacto ha tenido sobre los océanos la pandemia?
Es un tema que me preocupa. Antes de la pandemia se veía que empezaba a haber una conciencia social bastante importante para reducir los residuos y el uso del plástico, y evitar su llegada al mar. Había problemas graves sin resolver, pero existía una conciencia. Ahora parece que con la COVID-19 se ha olvidado el tema. Es importante volver a hacer un llamamiento a la sociedad de concienciación y decir hay que ser respetuoso con el medioambiente.
Por otra parte, la pandemia ha creado un vacío importante en la investigación oceánica. Muchas campañas oceanográficas y sensores que se tenían que lanzar al mar durante este periodo no se han podido lanzar, por lo que habrá un hueco en las observaciones, muy necesarias para poder entender mejor el comportamiento de los océanos.