Los orígenes
En el año 1998, Michael E. Mann y sus colaboradores publicaron un estudio que cambiaría sus vidas. En él se encontraba un gráfico de resultados con una forma peculiar, que recuerda a un palo de hockey. Es decir, mostraba un período con pocas variaciones y hacia el final se producía un incremento brusco.
El gráfico era una reconstrucción de las temperaturas del planeta retrocediendo hasta el año 1400 (luego lo extendieron hasta el año 1000). Buscaban si el aumento de temperaturas reciente era un fenómeno natural o la acción humana tenía algo que ver. Los resultados que encontraron les dejaron perplejos.
La controversia
El estudio fue ganando notoriedad entre los climatólogos hasta llegar a un informe de Naciones Unidas en 2001. Eso lo acabó de catapultar y con ello llegaron una multitud de ataques. De ser cierto suponía un antes y un después: era admitir la influencia antropológica en el cambio climático.
En el libro The Hockey Stick and the Climate Wars Mann relata su experiencia en la investigación del clima y la metodología que se sigue. Eso sí, lo más impactante es la «guerra» que le trajo publicar los estudios del palo de hockey.
Cómo se hace un gráfico así?
Para realizar un gráfico que muestre la temperatura aproximada de hace cientos de años hace falta usar indicadores proxy. Son registros naturales que conservan las características físicas del pasado. Por ejemplo:
- La anchura de los anillos de árboles
- Las intercapas de muestras de hielo
Las críticas fueron constantes. En 2006 la National Academy of Sciences puso un poco de hielo a la cuestión diciendo que «la conclusión básica ha sido respaldada por reconstrucciones y proxies adicionales».
Eso no paró a los negacionistas y en 2009 esclató un gran escándalo llamado Climategate. Se filtraron cientos de correos electrónicos y documentos con conversaciones, datos y opiniones de científicos sobre el calentamiento global. Con ello resurgieron las acusaciones de malas prácticas, pero fueron rápidamente desacreditadas por dos investigaciones independientes.
Conclusiones
Han ido pasando los años y con cada estudio que sale se va reforzando más y más que el palo de hockey es un hecho. Incluso aunque los métodos usados en 1998 pudieran ser mejorables, el tiempo le está dando la razón a Mann y a sus compañeros.
Lo que sabemos a ciencia cierta es que el gráfico del palo de hockey es una de las representaciones más chocantes del cambio climático. Es por eso que generó tanta polémica y que implicó a importantes actores financieros y políticos en su discusión.
Un calentamiento global como el actual no es normal ni solamente natural. Si seguimos así las consecuencias pueden ser irreversibles. No hay tiempo para negar esta situación, ahora solo nos queda tomar las medidas necesarias para frenarla.